En la entrada anterior contaba de forma general lo que supuso para mi estar involucrado en la organización de Cáceres de Foto. Quiero hacer hincapié en que aunque aquí hablo de mis experiencias en el festival, lo que he aportado a la organización del mismo ha sido una ínfima parte de lo que han hecho otros compañeros de la asociación sin los que esto habría sido imposible.
En esta ocasión quiero concretar algunas experiencias que desde luego van a quedar en mi recuerdo:
- Las reuniones de 2 y 3 horas para ir avanzando en la organización. A veces con la sensación de que nos estancábamos en temas concretos, pero que finalmente se fueron resolviendo gracias al esfuerzo de algunos compañeros.
- El miedo a que no llegaran suficientes obras para el concurso. Aún suponiendo que la mayor afluencia de obras se daría en los últimos días de plazo, la falta de experiencia en la organización en este tipo de actividades me mantuvo en tensión hasta casi una semana antes del fin de plazo. Pero me queda en el recuerdo el placer de ver como en los últimos días recibíamos más y más obras.
- La difusión en distintos medios del evento ha sido un reto. Ya había gestionado otras campañas de publicidad en redes sociales, pero siempre para mi, no para un grupo de gente, ni con unas metas tan concretas como en este caso. Era una esponsabilidad. Todos los días había que revisar la evolución de los anuncios y adaptarlos en función de las necesidades de difusión puntuales del festival: cursos, charlas, concursos, inauguración, etc. Pero los resultados han sido bastante buenos.
- Cuando uno trabaja con ganas en algo, tiene que asumir que las críticas llegan y que hay que saber recibirlas con una sonrisa, contener por un momento la respiración y pensar dos veces si las primeras palabras que se te pasan por la cabeza son las más convenientes o si es mejor elaborar una respuesta. Las críticas constructivas se terminan recibiendo con agrado, hacen crecer, las que sólo pretenden dañar, se obvian.
- He tenido la suerte de poder participar de jurado en varios concursos de fotografía. En esta ocasión, para el concurso del festival, no he sido miembro del jurado, pero me han dejado asistir a la deliberación y ha sido aún mejor. Ver como 5 personas con opiniones dispares, con sus experiencias, sus gustos y su trayectoria, ponen en común todo eso para decidir de entre casi 70 obras cual es la que merece ganar el concurso ha sido una experiencia indescriptible. Tanto es así que creo que todo el mundo debería tener la oportunidad de ver como otros evalúan el trabajo ajeno, se aprende mucho de la opinión de los demás. Es una actividad que se ha planteado dentro de la asociación y que espero que salga adelante porque me parece muy enriquecedora.
- He tenido la oportunidad de llevar a enmarcar las obras originales de la exposición Luces de África, de Gabriel Brau. Con El duende de la Tinaja hemos podido decidir el enmarcado más apropiado y ver como se preparaban y como iban quedando.
- He asistido a los dos cursos que se han celebrado durante el Festival con Eduardo Momeñe y José Benito Ruiz. Dos perspectivas muy diferentes de la fotografía y ambas sumamente enriquecedoras. Aunque inicialmente tuve la sensación de que serían enseñanzas desde puntos contrapuestos, he podido darme cuenta con ambos de cuanto me queda por aprender, afortunadamente.
- De Momeñe aprendí de una fotografía más vinculada con el arte y la filosofía que con el documentalismo, entendí cuanto me queda por conocer de los clásicos, de la creación de la fotografía desde la interpretación personal del mundo, de un lenguaje que no tiene las características de ningún otro, el lenguaje fotográfico…
- De J.B. Ruiz he sacado en claro todo lo que nos falta para «controlar» los elementos compositivos y las fuerzas de expresión, he visto lo mucho que tienen que enseñarnos los clásicos de la pintura, la diferencia entre hacer una fotografía improvisada y premeditada, he entendido un poco mejor el mundo de los concursos de fotografía, ha fortalecido mi sensación de que la técnica también es importante, no vale sólo con el concepto, me ha abierto los ojos sobre algunos problemas con mi equipo y muchos otros…
- He paseado, comido y cenado con los ponentes. He disfrutado de su conversación, sus conocimientos y su experiencias. He podido contarles mis inquietudes y escuchar sus opiniones. Impagable.
- He disfrutado yendo con los compañeros de la asociación y Gabriel Brau a Montanchez y he podido observar cómo es su trato con la gente, cómo fotografía, como viaja, como comparte sus experiencias… Gabriel, en Cáceres tienes una casa más donde quedarte cuando lo necesites.
- He tenido el honor de presentar en sus charlas a dos maestros de la fotografía de naturaleza como Fran Rojo y José Luís Rivero.
- He descubierto la fotografía de Nati Martinez y he quedado francamente impresionado.
- He cenado con los socios escuchando durante horas discutir sobre fotografía a Gabriel Brau, José B. Ruiz, Nati Martinez y Yorgos Karailías… una experiencia sin duda irrepetible.
Y me dejo seguro mucho en el tintero, pero si de algo estoy seguro es que la única forma de entender todo lo que ha supuesto, es haberlo vivido desde dentro 😉
Una experiencia de esas que se dan pocas en la vida. Por lo que a mi respecta, estoy en disposición de comenzar a trabajar en la próxima edición. VAMOS!